Por Miguel Angel Ferrís *

En pocos días la ciudadanía valenciana expresará pública y democráticamente su dolor e indignación contra la imposición de un Régimen corrupto, que ha provocado el mayor retroceso de nuestra sociedad desde el alzamiento franquista.

Cuando hace tres años la “Ruta del Despilfarro” se atrevía – bajo el eslogan Ni silencio, ni complicidad  – a llamar a las cosas por su nombre, a mostrarlas a la población  y difundirlas en numerosos  medios de comunicación nacionales e internacionales, no imaginábamos estar situados en el ojo del huracán.

Tampoco imaginábamos que  centenares de millones de euros  de dinero público saqueados sistemática y continuamente por el Partido Popular valenciano, fueran  solo la punta del iceberg del total del robo y endeudamiento que nos disponíamos a asumir en detrimento del bienestar actual y del futuro de las próximas generaciones.

A partir de la corrupción existente en los gobiernos del Partido Popular, Valencia ha sido situada en el mapa de la vergüenza mundial.

En efecto, en contraste con los estándares  presentados en la Unión Europea, Valencia destaca por el aumento de la pobreza, la desigualdad, los altos niveles de desempleo estructural, la ausencia de transparencia democrática, los recortes de servicios públicos, y también por el descrédito de la política institucional y la justicia.

La mayoría de los medios de comunicación acompañaron al Poder en sus abusos.

Tras muchos años de mirar para otro lado sin leer las señales de peligro,nos encontramos al borde del precipicio. Muchos cegados por el complejo de nuevos ricos aspirantes al lujo y al consumo ilimitado como único horizonte, y atemorizados ante las anunciadas grandes desgracias si se varía el rumbo mantenido.

Sin embargo la ciudadanía ya ha sufrido en muchas ocasiones la estrategia del miedo. Ya no valen las llamadas al voto útil del asfixiante sistema bipartidista, ni los catalanes van a “furtarmos-lo-que-es nostre”, ni los regalos electorales de última hora.

Estamos solos ante las consecuencias de nuestras propias decisiones, con la oportunidad  de dar un giro de 180% grados al trayecto del futuro . De resetear los consensos sociales, para limpiar a fondo de corrupción y  despilfarro a las instituciones públicas .

También de castigar ejemplarmente con la cárcel a los que se consideraron impunes e inmunes a la justicia, y de exigir que los delincuentes de cuello alto devuelvan con su patrimonio privado lo que robaron.

E, igualmente, es el momento de revisar los valores del sistema educativo y de mejorar su calidad, para que las futuras generaciones no caigan en las insostenibles e inmorales aspiraciones de enriquecimiento individual a base de la explotación y empobrecimiento del resto.

Durante tres años las “Rutas del Despilfarro/Rutas Ciudadanas” vienen trabajando por un cambio social profundo y su compromiso va más allá de los resultados electorales:  desde la base y con la ciudadanía más consciente y activa.

Nos gustaría celebrar  estos tres años  de trabajo con el fin de la pesadilla que ha golpeado a Valencia, y con el cambio de rumbo político que garantice una sociedad, más justa e igualitaria.

Coordinador “Rutas Ciudadanas de Valencia”

Foto archivo Xarxa Urbana.

Foto archivo Xarxa Urbana.

 

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